Ella es sensual, ella arde y puedo respirar sus deseos, no tengo líneas que cruzar porque no las ahí, ella esta llamando y me quiere consumir, no soy un adicto pero me siento un alucinógeno, ella es fulminante.

Los espejos de la lujuria la miran y ella no sabe a donde ir, las luces están encendidas pero su mente esta sumergida en la oscuridad. Un ave nocturna trata de distraer el instinto que oculta bajo su piel, pero eso no es suficiente para que se detenga.

El recorrido ha comenzado, ella navega en el océano de sus ansiedades y yo puedo respirar bajo el agua, ella no siente el frío porque el cielo se ha encendido pero el amor comienza a nadar en sus deseos y el despertar de sus instintos escapan por su cruel mirada.

La noche la ha envuelto como un regalo inesperado, ella empieza a correr y se esconde, pero yo estoy sediento, hambriento de su boca, paranoico por tocar un beso suyo, desesperado por alcanzar la luna, ansioso por pintar mis paredes con su figura, quiero apreciarla hasta el infinito sin nada que pueda cubrir este momento profundo.

Ahora ella ha dejado de deslizarse y yo he llegado a un final que comienza.